¿Qué es una Revolución?

La Libertad guiando al pueblo de Delacroix

Si bien los integrantes de una sociedad no eligen las circunstancias en las que les toca vivir, ya que las heredan de su pasado, tienen la posibilidad de cambiarlas a través de acciones colectivas que produzcan transformaciones parciales (reformas) o que generen revoluciones.

Las revoluciones son procesos que provocan cambios radicales, es decir, de raíz, en las organizaciones políticas, sociales, económicas, culturales, etcétera.

Las revoluciones sociales transforman las relaciones entre las clases o grupos sociales. Las revoluciones políticas modifican la organización del Estado y crean nuevos sistemas legales. A veces son revoluciones de independencia, que rompen una situación de dominación colonial y dan lugar a nuevos Estados.

Revoluciones provocadas y revoluciones espontaneas


Todas las revoluciones político-sociales plantean objetivos iniciales, pero mientras se producen, es imposible tenerlas bajo control, ya que a lo largo del tiempo suelen surgir distintos líderes, plantearse diferentes alianzas y estrategias, y los protagonistas del movimiento deben reaccionar sobre la marcha a esos cambios. También puede suceder que un grupo social que dirigía la revolución sea reemplazado por otro, que esta sufra derrotas que obliguen a reorientar las acciones militares, que se agoten los recursos económicos, que por diferencias en las estrategias o por excesos de violencia se pierdan aliados, etc. No es raro, entonces, que los resultados finales no se correspondan con los objetivos iniciales de los revolucionarios.

A diferencia de este tipo de Revoluciones, otros procesos revolucionarios surgieron a partir de acciones no planeadas, por ejemplo, una serie de modificaciones técnicas. Tal es el caso de la llamada “Revolución agrícola” y de la Revolución industrial. Estas revoluciones provocaron cambios radicales en las formas de producción y en las relaciones sociales. Otro ejemplo es la Revolución científica del siglo XVII, derivada tanto de los avances científico-técnicos de la época como de un cambio paulatino de mentalidad.

¡Libertad, igualdad, fraternidad!




La frase nació en el transcurso de la Revolución Francesa y se convirtió en su lema principal de lucha, y resume de un modo los ideales de cambio que la Revolución proponía. La frase en sí misma se encuentra en los artículos de la  Declaración de los derechos del Hombre y del Ciudadano.

  • Cuando se habla de Libertad es del régimen opresor que no permitía la libre expresión del Hombre.
  • Cuando se habla de Igualdad es de que todos tenemos que tener las mismas condiciones o derechos, y no un grupo especifico.
  • Cuando se habla de Fraternidad es lograr la unión entre el pueblo para luchar contra la opresión.
Actual logotipo de la República de Francia

En el siglo XIX, la frase se convirtió en el grito de republicanos y liberales a favor de la democracia y del derrocamiento de gobiernos opresores y tiránicos de todo tipo.